Columna Creativa de Alejandra Echávarri
La Belleza De La Imperfección
Tal como dice Byung-Chul Han en su libro “La salvación de lo bello”, los criterios hoy en día en cuanto a la belleza, apuntan a un brillo momentáneo, a un contacto inmediato. Estamos en una era que gusta de lo pulido e intrascendente. Es así como lo perfecto, liso y brillante, llaman la atención.
En lo personal admiro la belleza en sentido opuesto. El paso de la historia, las grietas, las huellas, el musgo y todo lo que nos habla del tiempo recorrido, me parece que adquieren mayor belleza y valor.
En el mismo sentido las diferencias, lo imperfecto y los detalles, resultan primordiales. Todo esto se integra al arte de la mesa. Es que el mix and match supone integrar diferentes piezas, darle un nuevo uso a lo “no brillante y pulido” y devolverle el sitial que algún día tuvo.
Dentro de la belleza de lo imperfecto, destaca la técnica japonesa del Kintsugi, reparando con oro y plata, aquellas piezas que han sufrido quiebres o roturas. Así estas vuelven a brillar, recordándonos que todo se puede reparar, en un amplio sentido de la palabra. El resultado es profundo e imperfectamente bello. Si les interesa indagar en esta técnica ancestral, o recuperar alguna pieza dada por perdida, les recomiendo a Kintsugi Kumabe, una experta en el tema.
En esta misma línea les presento a la vajilla de la marca italiana Seletti, los que en su modelo hybrid, integran piezas de diferentes continentes de forma aparentemente imperfecta. Los bordes no calzan y sus imágenes representan a diferentes culturas, consiguiendo un resultado realmente magistral.
Les dejo una invitación a replantearnos el concepto de la belleza.
Y como dice Ortega y Gasset:
“La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora”.
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